Tuesday 11 March 2014

LA COSA NOSTRA

¿Por qué a veces uno quiere llorar tan intensamente? 

Bastó el trasfondo de la historia de Gravity para morir de miedo y apreciar la vida humana en un enlace de dos minutos. Pasó por mi cabeza todo, incluso la muerte por la ventana, un goce sin fin de una imagen decapitándome yo misma y tirando mi cara, y ahora una carta de amor de Marx hacia su amada, queriéndola, amándola desde una mala imagen de la madonna apagada, bastó todo ello y una llamada para desatar cada vez una lágrima acompañadas de un frenesí de angustia y de un dolor impredecible, dulce, puede que disfrutable al acercarse cada vez más a la muerte. 

    A veces cuando la muerte se te acerca, el mayor dolor y el mayor sufrimiento son amados, dulces y añorados porque sabes que serán los lazos finales de la infelicidad que te aqueja, luego solo la muerte y el dormir final. Las lágrimas salen todo el tiempo fielmente a tu tristeza, el menor motivo es suficiente elogio para corromper tu rostro, y aunque tu corazón y tu razón no comprenden el despertar que dan los motivos, se siguen a él como si fuese el poder de ellos lo que te tiene abatido. Habría entonces que felicitar a Bullock y su tragedia en el espacio, a Marx y su amor de lejos, y a la pregunta directa del que no sabe de ti nada: ¿qué te acontece? ¿qué te pasa?

Una casi nota de suicidio.